jueves, 13 de diciembre de 2018

EL ARTISTA EN LA ELECCION DEL TEMA




EL ARTISTA EN LA ELECCIÓN DEL TEMA


  Raramente, en lo escrito sobre la obra de arte ,se tiene en cuenta el conocimiento que el artista debe tener para afrontar el problema que supone su realización. Ya, Sócrates, en el diálogo Ion dice de los poetas épicos que están endiosados, poseídos y no habita en ellos la inteligencia, antes que el pseudoromanticismo llevara hasta el paroxismo mas absurdo y sentimentalismo más primario que colocaba al artista como perteneciente a un grupo de personas constitutivamente anormal condenados a realizar productos y obras que rozan lo sobrenatural. En el Rencimiento, al parecer, "descubrieron" que los artistas emancipados mostraban un temperamento similar : taciturnos, meditabundos, solitarios, "saturnianos", dejando de lado su evidente ansia de conocimiento y, por lo tanto, la necesidad de estudiar disciplinas: filosóficas, matematicas, técnicas, etc, que les permitieran encarar con mayor y mejores datos aquello que se propondrían hacer luego en su trabajo artístico. El ejemplo de Leonardo es el más conocido por su variedad y profundidad, pero los que hicieron lo mismo fueron muchos.
 Fué, probando primero y demostrando después, que las propiedades internas: estructurales, materiales, relaciones entre partes, formas de unión entre ellas .etc,  determinaban radicalmente no solo su dinámica interior y exterior sino también su forma de aparición y presentación en su entorno, mostrando la apariencia que les era más propicia para subsistir en el medio que les había tocado vivir, mediante el método de prueba error a través de cambios continuos , como se apuntaba desde Darwin y se ha demostrado a través del estudio del código genético..

 Existencia material y seguridad personal determinan nuestras primeras preocupaciones y ocupaciones, por lo que la imagen primera de todo lo que nos rodea vendrá determinada por el grado de seguridad que nos proporciona, más allá de las apariencia con la que se nos presenta. Todo aquello que no entre en ese rango  no sería merecedor de nuestra atención primaria.

 Esa apariencia se transforma en imagen, desde el momento que es percibida y sentida por aquellos seres para los que es parte de su entorno, su presencia "importa", es parte del mundo de sus relaciones vitales. Se “toma conciencia”, se “da uno cuenta” de un algo ajeno y en cierta medida activo.

 La imagen obtenida es radicalmente personal . Todos tenemos nuestra impresión, tanto sensorial como ética de los demás y de lo que nos rodea, partiendo, como decía, de un instintivo sentido de seguridad y un obligado cumplimiento de las funciones metabólicas, necesarias para mantenernos vivos. Sin embargo, estamos obligados a orientarnos racionalmente frente a ese material que nos viene desde fuera y que es en sí caótico, por lo aparentemente inestructurado  y totalmente indeterminado. Es el comienzo del entendimiento, inteligencia actuando, y al aplicarlo a los materiales, los ordena, separa y también unifica. Posteriormente, a través de la razón, les asignamos los fines a los que están sometidos. Tenemos la necesidad; tanto de conocerlos, como para qué fines es necesario este conocimiento, lo que nos lleva a la búsqueda mediante el pensamiento de una primera fuente : fuente fundante y  generadora.
La enorme cantidad, complejidad, peripecias, pliegues, recovecos y abismos de la realidad hace que permanentemente estemos basculando entre aceptar por principio un origen incógnito y contrario a la razón perdida de propias intuiciones o bien se intente comprender todo en su razón o sinrazón. Es en este deambular donde reside el núcleo de la diferencia entre razón y creencia. Según Ortega  y Gasset, ambos principios  deteminan dos clases de verdad: verdad por razón y verdad por evidencia.
Que una verdad no pueda demostrarse que es cierta a través de la razón no quiere decir que sea falsa, que sería lo que habría que demostrar según lo ha desarrollado Popper con su teoría de la falsabilidad, ya que, tampoco puede demostrarse la permanencia de las verdades de la razón. Caer en el relativismo o en el nihilismo es la solución de aquellos que elemental y perezosamente renuncian a aceptar que la  búsqueda de la verdad debe ser, y es, una de nuestras ansias vitales.

 Las definiciones nominales son consideraciones puramente formales en  este momento.
 El arte  no es un ámbito propicio a las definiciones, pues siempre que se elige arbitrariamente una definición, fija lo ya definido, instituyendo en criterio algo que no suele estar relacionado íntimamente con la obra misma. Eventualmente, se consigue cierta sistematización pero no suele tener mucho que ver con lo que el arte es. Podría ser un intento de indicar la diferencia existente entre entendimiento y razón, liberándola de todo matiz oscurantista, si bien, su eficacia seria a todas luces insuficiente y en algunos casos incluso perjudicial, dado que  frecuentemente su desarrollo lógico a menudo conduce a coherentes figuras retóricas inertes.

 En el caso del trabajo artístico, deberíamos prestar atención a lo que denominaríamos la "posesión" del objeto, tarea esta que considera lo que se piensa por encima de como se piensa, tambien importante pero subordinado a categorizar lo que es fundamental o no en el centro de nuestra preocupación, transcendiéndolo por haber entrado en el campo de la búsqueda de la verdad. Como dice Goethe en su máxima 106 : " lo que no se comprende, no se posee".Imaginación, intuición, percepción, reflexión, experiencia, posibilitan la organización articulada de lo que supone la aparición de un nuevo impulso que, fuera de toda lógica, genera una obra de arte, en un ámbito humano de gratuidad práctica absoluta que podría proceder de la segura convicción de que todos los datos sensoriales ,analíticos, racionales, empíricos y sus relaciones, no son todo lo que hay. Este convencimiento en algo "otro" y que nos dignifica más por su ausencia que por su presencia, nos hace continuar con las preguntas que auguran respuestas en forma de acciones de las que quizás la música sea el mejor ejemplo de eso que hay más allá de lo que hay y que también las otras artes se esfuerzan el llenar esa grieta de ausencias.


 Poseer algo es diferente a tenerlo. Tener algo  supone que somos sus dueños, y por lo tanto podemos usarlo arbitrariamente de acuerdo a nuestros deseos y conveniencias,  sin embargo, al poseerlo, se ha hecho parte de nosotros a la manera de un órgano de nuestro cuerpo, por lo que debemos contar con él si queremos incluirlo en nuestras actividades conjuntas. Lo poseemos, pero en cierta medida él tambien nos posee desde el momento en que nos condiciona .No somos sus amos, nos impone condiciones y nuestro trato se convierte en una forma de juego dialógico en el que unas veces nos muestra alguna de sus cara y otras, sin embargo, nos las esconde. Lo que aparecía nítido se oscurece, lo sensible se espiritualiza, su realidad ,no su apariencia, casi siempre la misma, muta constantemente y prueba de ello es la diferente visión que de él tenemos a lo largo del mismo día de acuerdo a nuestras distintas percepciones. Hay situaciones en las que el objeto, diríamos que nos dirige  y, si logramos entender su lenguaje, raramente nos defrauda, pero solo ocasionalmente estamos a su altura. Análogamente si algo nos preocupa suficientemente, prácticamente nuestra actividad reflexiva gira en su torno, nos ha seducido, que es otra forma de posesión
 Asimismo, el conocimiento de la apariencia y estructura interna del objeto en cuestión difiere de su posesión. Mientras que aquellos son objeto de la observación y análisis a la manera del procedimiento científico de clasificación, relacion  y funcionamiento de sus partes constitutivas, la posesión impone la interrelación entre dos " sujetos". Conocerlo primero es el primer acto de un elaborado deseo de cortesía, obligatorio para quien pretende establecer una relación mas estrecha y profunda y cuya primera exigencia es la limpieza de la mirada, libre de la calígine aportada por la rutina diaria.
 La ciencia ,fundamentalmente la más desarrollada,la Física, busca la unidad primera y generadora, limitándose, salvo en la incipiente teoría de cuerdas, a considerar la medida (su principal logro)  como función de tres variables: masa,espacio,tiempo, indefinidas pero ,de momento, evidentes.  Ahora, sus cálculos teóricos y experimentos que los confirman, han llegado a un punto en el que el principio de contradicción, una de las bases lógicas de las matemáticas, es decir , de su lenguaje, se presenta constitutivo de la realidad.
 En el arte, la interrogación al objeto, característica del procedimiento científico, se torna, necesariamente, en diálogo y la obra resultante sería algo así como el relato de lo que el autor ha formalizado del intercambio de manifestaciones recíprocas, radicalmente opuestas al tan traído concepto de reificación de las teorías y prácticas  marxista y de mercado. La especulacion del artista manifiesta el voraz apetito por generar otro ser y por la reabsorción de ese ser en el camino humano, a la manera de una parada para repostar.  Como dice Paul Valery, los artistas supremos " parececen haber poseído no se qué sabiduría íntima de continuo intercambio entre lo arbitrario y lo necesario.
 Cuando el diálogo fracasa, la obra obtenida resplandece en su mediocridad, por otra parte, tan demandada y, condición básica para que esto ocurra, es la sumisa dependencia a las presiones moldeadoras de los las modas y gustos por instituciones sociales, económicas e ideológicas, con sus premios y castigos económicos y sociales incorporados. Otra cosa es que el concepto de libertad que tiene artista esté condicionado por el dinamismo de las situaciones históricas que influyen en la forma de aproximarnos a la realidad y genera el entorno cultural, sociológico, ético y moral en el que se ha formado y conformado, pues sabemos que cada época trae consigo una posición determidada sobre la interpretación del hombre pero,en la práctica, la sola soledad, la imaginación el pensamiento y el conocimiento, son los pilares de un yo exiliado, fuerte, jamás intercambiable, que debería desaparecer, por esa fortaleza, hasta quedar subsumido en la obra. Un buen ejemplo sería Montagne.
 Allí,en la soledad, el objeto, real o imaginado, plegado sobre sí mismo, está preñado de escondidos esplendores y prometedora presencia, afirmando su otredad y esperando ser solicitado, en definitiva ,se "pro-pone". Pero tenemos que aprender a acercarnos a las cosas para que estas se nos manifiesten cada vez más. Este tránsito formal de acercarnos al objeto, es lo que se llama "metodo".
 El tipo y categoria de las preguntas van más allá de los interrogantes genéricos e inevitables. Es necesario un modo concreto de fórmular esas preguntas que son función del conocimiento del demandante, pero raramente se escapan de, al menos, a bordear, consciente o inconscientemente, los limites metafísicos y religiosos , en estos momentos tan olvidados e incluso denostados, pero inevitablemente latentes y necesarios . Es aquí donde ,una vez más, donde el conocimiento del autor tiene un papel decisivo al preguntar preguntándose, ya que, de acuerdo a las repuestas obtenidas tendrá la medida y limites de las características de realidad y verdad del objeto en cuestión. Debemos, por lo tanto, llegar hasta forzar respuestas que, sin determinadas preguntas, no se hubieran obtenido lo cual es fuente de nuevos interrogantes.
  Nos encontramos por lo tanto con dos clases de interrogaciones: aquellas que buscan la realidad y aquellas que buscan su verdad, permanentes en filosofía: sustancia y causa. Debemos encarar "la cosa que es y aquello que la cosa "es".El "es" es la estructura formal y objetiva del ser" (Zubiri). El autor, en su reflexión ,una vez más, oscila entre las tradicionales parejas filosóficas idealismo - realismo, espiritualimo - materialismo, racionalismo - empirismo con sus imprecisos límites y zonas de confluencia e inclusión con sus correspondientes zonas de perversión: positivismo, pragmatismo e historicismo.
 Cuando la inteligencia llega a un acuerdo con la índole de las cosas se suele decir que eso es verdad y por esos caminos deberíamos desgastar nuestras suelas para inteligir, tratando de, si no alcanzarla ,desearla,con el entusiasmo y convicción adecuados para persistir sin éxito.
 Esta forma de encarar el objeto elimina la separación entre arte figurativo y arte abstracto. El pensamiento,en nuestro propio mundo es donde adquiere sentido y estructura, matizando la verdad con la inevitable insuficiencia en la valoración de sus componentes.
 Si el objeto es algo abstracto y solo imaginado no se evade de lo que es y aquello que esa abstracción "es". El método debe ser el mismo. Pues, ¡a ello!
 De todo lo anterior tenemos una primera aproximación a lo que es el tema elegido por el artista: Una primera toma de conciencia, “se da cuenta” de un algo que está presente, si bien no de forma idéntica sino que adopta modos diferentes; unas vece físico ,otras intuitivo, otras imaginado ,y frecuentemente, una indeterminada mezcolanza  de ellos.
 Ese algo actúa sobre nuestra inteligencia y, recíprocamente esta sobre aquel dialécticamente a fin de obtener lo que hemos llamado “posesión del objeto”
 En definitiva el tema elegido por el artista es “el objeto poseído”
 Este punto de partida radical le llevará a arriesgarse con su trabajo, esto es, a su formalización como obra artística y a llevar a cuestas ignorancias, temores y dudas.

viernes, 17 de agosto de 2018

PROLODO AL LIBRO DE GOMEZ OREA : ORDENACION DEL TERRITORIO



                             NOSOTROS Y LO DEMÁS


                        Desde hace un tiempo alejado de la práctica en temas medioambientales la propuesta de Domingo Gómez Orea a que escribiera el prólogo de su nuevo libro ha sido una manifestación mas de la oscilante amistad que desde hace años hemos mantenido y que ha ido desde momentos intensos, casi conspiratorios, hasta prolongados silencios afectivos. Su deseo que prologara este libro me ha demostrado que silencio puede ser lo opuesto al olvido.
                      Creo que una  de las razones de su propuesta fue el saber que no coincidimos en muchas de nuestras ideas. Ambos sabemos que nadie tiene las mismas ideas que otro, al menos entre aquellos que tienen lo que se ha llamado como” ideas propias. Cada uno, a nuestra manera hemos sido capaces de destilar y espumar de lo que recibimos aquello que ha sido objeto de nuestro interés, dándole nuestra propia forma.
                       Cada cual tiene o debería tener sus ideas “propias”ya que esta es la única forma que tenemos de “encontrarnos”, de darnos cuenta que contamos con alguien con el que deberemos pasar el resto de nuestra vida, y esto, en el lugar y época que nos ha tocado vivir.
                        Este” encontrarse”, como hallazgo obligatorio, es lo que marca desde el inicio la relación tan peculiar que el hombre ha mantenido con la naturaleza y que lo ha separado del resto de de las demás especies. Para estas, es su entorno quien dicta las normas de comportamiento y los individuos están supeditados al de  la especie, de tal forma que sus modos de vida son mecánicos y predecibles. La supervivencia de una especie depende exclusivamente de las reglas de su entorno, cualquier desavenencia la condena a su desaparición. La especie se adapta porque su fin es la supervivencia.
                         El hombre, desde su aparición, ha manifestado una oposición constante a adaptarse a las reglas que la naturaleza le marca, lo que nos debería al menos alertar sobre que su fin principal no debe ser la mera subsistencia de su especie, ya que de ser así su comportamiento hubiera sido similar al resto de los animales. Su peculiaridad radica en que el hombre , además de nacer en un mundo ajeno en el que tiene que subsistir se percata que se “encuentra”con su propia realidad y que esta realidad está “por hacer”, que es incompleto y se lanza a la incierta y colosal tarea de hacerse, de “ser”como objetivo final de sus esfuerzos.
                          La primera decisión del hombre como tal es la de sentirse extraño al mundo que ha recibido, que le ha sido impuesto y que ha su vez le impone unas reglas de hierro que o las acepta o desaparece. Su reacción es la de aceptar el reto que se le impone e inicia  la lucha con su entorno: en primer lugar lo observa, y descubre que existen secuencias periódicas que puede utilizarlas a su favor controlándolas. Es el comienzo de la agricultura y de la actualmente llamada “Ordenación del territorio”,por lo que podríamos decir que la ordenación del territorio consiste en dejar en la naturaleza la impronta de la acción del hombre ,en cierta forma  “humanizarla” ya que con el conocimiento de su comportamiento la transforma en algo “propio” algo que  puede controlar y dominar. En esta tarea de transformar la naturaleza se afana hasta  lograr una forma de proceder tan sumamente eficaz  como la ciencia y su derivada, la técnica, que las aplica  sistemáticamente en todos los ámbitos de su entorno.
                                                       Paralelamente, como consecuencia inmediata de su extrañamiento de la naturaleza, el hombre necesita construir un mundo propio, afín, que le permita encarar en mejores condiciones la inmensa lucha por ir desarrollándose como propiamente humano. Nace un nuevo territorio, una nueva naturaleza, nace lo social, lo urbano, lo civilizado.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            Pero ¿cuál es el fin último de todos estos esfuerzos descomunales?.Digámoslo sin mas demora. El fin hacia el que el hombre dirige todos sus esfuerzos es el de ir haciéndose. Esta es nuestra tarea final: ser .
                              A diferencia del resto de los seres vivos, cuyo fin parece ser el mantenimiento de la  especie y para ello está perfectamente constituido, el hombre tiene un plus mas de actividad pues siente que ha sido hecho incompleto y que su vivir consiste precisamente en eso, en lograr hacerse, vuelvo a decirlo, en ser. 
                               Sin entrar en análisis mas pormenorizados, creo que podemos contestar con cierta seguridad  si nos preguntan que es un caballo o un roble, pero ¿ sa-
bríamos hacerlo si la pregunta se refiriese a que es el hombre?.
                                En fin, nuestra ocupación primordial y final consiste en ir perfeccionando y afinando la herramienta que somos nosotros mismos para conseguir ser capaces de discernir entre las diferentes alternativas que nuestro entorno bipolar nos ofrece y ser capaces de decidir entre ellas aquellas que nos van haciendo mas humanos. Como hemos dicho antes, ocupación ardua y además incierta pues eso que hemos llamado humano solo lo sabemos afirmar cuando lo hemos encontrado y siempre que lo hemos hecho nos hemos dado cuenta que únicamente era un peldaño de una escalera que parece no tener fin.
                                 El problema del medio ambiente nace como choque de esos dos mundos bipolares entre los que nos encontramos: el natural y el construido.
                                  Creo que el mayor error que hemos cometido en  hacer un mundo diferente del natural ha sido que hemos caído en la imitación, hemos hecho una segunda naturaleza y por lo tanto también ahora nos sentimos extraños. Las ciudades son tan agresivas como los inviernos y las normas son tan implacables como las de la naturaleza;  una vez más lo importante es el sistema y el individuo debe ser inmolado en su honor. En su desarrollo hemos traicionado conceptos fundamentales, se cambia el concepto de verdad por los de utilidad y eficacia aduciendo que lo que fue verdad en un tiempo dejó de serlo en otro, llegando a defender que lo que da validez a una teoría es que “funcione” y que como cualquier otra herramienta es buena unas veces y mala otras tantas. El concepto de utilidad se hace predominante y se menosprecia cualquier otra clase de crítica tachándola despectivamente de “metafísica”.
                                    Las teorías científicas fueron ideadas por individuos que amaban la contemplación y la idea de verdad, de esta idea que cada uno debe ir buscando permanentemente para ir haciéndose. Por eso cambia el “contenido” de cada verdad, por eso abandonamos uno y lo sustituimos por otro, porque esperamos que esta nueva verdad nos permita avanzar en el trabajo de hacernos. Los adeptos a los conceptos de utilidad y eficacia han sido incapaces de tener otra idea de la ciencia y del pensamiento que aquella que les permite aumentar sus ansias de poder. El pragmatismo trata a ambos mundos como un producto más y olvida que nuestras relaciones con ambos mundos están encaminadas a impulsar nuestras ansias de perfección personal.
                                     Obsesionados y débiles con su única idea de utilidad ni admite la crítica ni el libre examen porque su poder enflaquecería y apelan a criterios de autoridad autoproclamada traicionando a lo más noble de la ciencia; la revisión y crítica permanentes de sus enunciados y consecuencias.¿Estarían nuestros prohombres dispuestos a comprometerse como Einstein, que si un solo experimento contradecía su teoría  ,esta seria falsa y por lo tanto abandonada?. La ciencia no es partidaria de imposiciones de autoridad.
                                     El modo en que opera esta segunda naturaleza que hemos desarrollado con su premisa que hay que competir y que el mas fuerte es el que prevalece es una pésima imitación al sistema de funcionamiento de aquella de la que nos sentimos extraños y abandonamos y donde el individuo estaba sometido a la especie y esta al entorno. Por mi parte todavía creo que el hombre debe ser dueño de su destino.

                                En su día definí el medio ambiente como aquello con lo que tenemos que “estar”,entendiendo el “estar” en su forma funcional de atribuir al sujeto una manera circunstancial de vivir .Pero vivir es “hacerse”,decidir lo que nos va a hacer mas humanos para ir avanzando en nuestro fin último: ser. Por esto creo firmemente en que lo que tiene mas valor de nuestra vida esté en los estratos mas bajos de la sociedad ,en los problemas individuales, en la lucha personal por saber ir decidiendo cada día en
   cada situación .
                                      Spinoza, que vivió de acuerdo a sus recomendaciones y pensamientos filosóficos aconsejaba a los hombres que vivieran los acontecimientos pasajeros “bajo el aspecto de la eternidad”.Aquel que piensa y ha logrado tener ideas propias y lo hace en su época , sentirá que no puede lograr ser una buena persona mientras haya alguien desgraciado.
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