EL ARTISTA EN LA ELECCIÓN DEL TEMA
Raramente, en lo escrito sobre la obra de arte ,se tiene en cuenta el conocimiento que el artista debe tener para afrontar el problema que supone su realización. Ya, Sócrates, en el diálogo Ion dice de los poetas épicos que están endiosados, poseídos y no habita en ellos la inteligencia, antes que el pseudoromanticismo llevara hasta el paroxismo mas absurdo y sentimentalismo más primario que colocaba al artista como perteneciente a un grupo de personas constitutivamente anormal condenados a realizar productos y obras que rozan lo sobrenatural. En el Rencimiento, al parecer, "descubrieron" que los artistas emancipados mostraban un temperamento similar : taciturnos, meditabundos, solitarios, "saturnianos", dejando de lado su evidente ansia de conocimiento y, por lo tanto, la necesidad de estudiar disciplinas: filosóficas, matematicas, técnicas, etc, que les permitieran encarar con mayor y mejores datos aquello que se propondrían hacer luego en su trabajo artístico. El ejemplo de Leonardo es el más conocido por su variedad y profundidad, pero los que hicieron lo mismo fueron muchos.
Fué, probando primero y demostrando después, que las propiedades internas: estructurales, materiales, relaciones entre partes, formas de unión entre ellas .etc, determinaban radicalmente no solo su dinámica interior y exterior sino también su forma de aparición y presentación en su entorno, mostrando la apariencia que les era más propicia para subsistir en el medio que les había tocado vivir, mediante el método de prueba error a través de cambios continuos , como se apuntaba desde Darwin y se ha demostrado a través del estudio del código genético..
Existencia material y seguridad personal determinan nuestras primeras preocupaciones y ocupaciones, por lo que la imagen primera de todo lo que nos rodea vendrá determinada por el grado de seguridad que nos proporciona, más allá de las apariencia con la que se nos presenta. Todo aquello que no entre en ese rango no sería merecedor de nuestra atención primaria.
Esa apariencia se transforma en imagen, desde el momento que es percibida y sentida por aquellos seres para los que es parte de su entorno, su presencia "importa", es parte del mundo de sus relaciones vitales. Se “toma conciencia”, se “da uno cuenta” de un algo ajeno y en cierta medida activo.
La imagen obtenida es radicalmente personal . Todos tenemos nuestra impresión, tanto sensorial como ética de los demás y de lo que nos rodea, partiendo, como decía, de un instintivo sentido de seguridad y un obligado cumplimiento de las funciones metabólicas, necesarias para mantenernos vivos. Sin embargo, estamos obligados a orientarnos racionalmente frente a ese material que nos viene desde fuera y que es en sí caótico, por lo aparentemente inestructurado y totalmente indeterminado. Es el comienzo del entendimiento, inteligencia actuando, y al aplicarlo a los materiales, los ordena, separa y también unifica. Posteriormente, a través de la razón, les asignamos los fines a los que están sometidos. Tenemos la necesidad; tanto de conocerlos, como para qué fines es necesario este conocimiento, lo que nos lleva a la búsqueda mediante el pensamiento de una primera fuente : fuente fundante y generadora.
La enorme cantidad, complejidad,
peripecias, pliegues, recovecos y abismos de la realidad hace que
permanentemente estemos basculando entre aceptar por principio un origen
incógnito y contrario a la razón perdida de propias intuiciones o bien se
intente comprender todo en su razón o sinrazón. Es en este deambular donde
reside el núcleo de la diferencia entre razón y creencia. Según Ortega y
Gasset, ambos principios deteminan dos clases de verdad: verdad por razón
y verdad por evidencia.
Que una verdad no pueda demostrarse que es cierta a través de la razón no quiere decir que sea falsa, que sería lo que habría que demostrar según lo ha desarrollado Popper con su teoría de la falsabilidad, ya que, tampoco puede demostrarse la permanencia de las verdades de la razón. Caer en el relativismo o en el nihilismo es la solución de aquellos que elemental y perezosamente renuncian a aceptar que la búsqueda de la verdad debe ser, y es, una de nuestras ansias vitales.
Las definiciones nominales son consideraciones puramente formales en este momento.
El arte no es un ámbito propicio a las definiciones, pues siempre que se elige arbitrariamente una definición, fija lo ya definido, instituyendo en criterio algo que no suele estar relacionado íntimamente con la obra misma. Eventualmente, se consigue cierta sistematización pero no suele tener mucho que ver con lo que el arte es. Podría ser un intento de indicar la diferencia existente entre entendimiento y razón, liberándola de todo matiz oscurantista, si bien, su eficacia seria a todas luces insuficiente y en algunos casos incluso perjudicial, dado que frecuentemente su desarrollo lógico a menudo conduce a coherentes figuras retóricas inertes.
En el caso del trabajo artístico, deberíamos prestar atención a lo que denominaríamos la "posesión" del objeto, tarea esta que considera lo que se piensa por encima de como se piensa, tambien importante pero subordinado a categorizar lo que es fundamental o no en el centro de nuestra preocupación, transcendiéndolo por haber entrado en el campo de la búsqueda de la verdad. Como dice Goethe en su máxima 106 : " lo que no se comprende, no se posee".Imaginación, intuición, percepción, reflexión, experiencia, posibilitan la organización articulada de lo que supone la aparición de un nuevo impulso que, fuera de toda lógica, genera una obra de arte, en un ámbito humano de gratuidad práctica absoluta que podría proceder de la segura convicción de que todos los datos sensoriales ,analíticos, racionales, empíricos y sus relaciones, no son todo lo que hay. Este convencimiento en algo "otro" y que nos dignifica más por su ausencia que por su presencia, nos hace continuar con las preguntas que auguran respuestas en forma de acciones de las que quizás la música sea el mejor ejemplo de eso que hay más allá de lo que hay y que también las otras artes se esfuerzan el llenar esa grieta de ausencias.
Poseer algo es diferente a tenerlo. Tener algo supone que somos sus dueños, y por lo tanto podemos usarlo arbitrariamente de acuerdo a nuestros deseos y conveniencias, sin embargo, al poseerlo, se ha hecho parte de nosotros a la manera de un órgano de nuestro cuerpo, por lo que debemos contar con él si queremos incluirlo en nuestras actividades conjuntas. Lo poseemos, pero en cierta medida él tambien nos posee desde el momento en que nos condiciona .No somos sus amos, nos impone condiciones y nuestro trato se convierte en una forma de juego dialógico en el que unas veces nos muestra alguna de sus cara y otras, sin embargo, nos las esconde. Lo que aparecía nítido se oscurece, lo sensible se espiritualiza, su realidad ,no su apariencia, casi siempre la misma, muta constantemente y prueba de ello es la diferente visión que de él tenemos a lo largo del mismo día de acuerdo a nuestras distintas percepciones. Hay situaciones en las que el objeto, diríamos que nos dirige y, si logramos entender su lenguaje, raramente nos defrauda, pero solo ocasionalmente estamos a su altura. Análogamente si algo nos preocupa suficientemente, prácticamente nuestra actividad reflexiva gira en su torno, nos ha seducido, que es otra forma de posesión
Asimismo, el conocimiento de la apariencia y estructura interna del objeto en cuestión difiere de su posesión. Mientras que aquellos son objeto de la observación y análisis a la manera del procedimiento científico de clasificación, relacion y funcionamiento de sus partes constitutivas, la posesión impone la interrelación entre dos " sujetos". Conocerlo primero es el primer acto de un elaborado deseo de cortesía, obligatorio para quien pretende establecer una relación mas estrecha y profunda y cuya primera exigencia es la limpieza de la mirada, libre de la calígine aportada por la rutina diaria.
La ciencia ,fundamentalmente la más desarrollada,la Física, busca la unidad primera y generadora, limitándose, salvo en la incipiente teoría de cuerdas, a considerar la medida (su principal logro) como función de tres variables: masa,espacio,tiempo, indefinidas pero ,de momento, evidentes. Ahora, sus cálculos teóricos y experimentos que los confirman, han llegado a un punto en el que el principio de contradicción, una de las bases lógicas de las matemáticas, es decir , de su lenguaje, se presenta constitutivo de la realidad.
En el arte, la interrogación al objeto, característica del procedimiento científico, se torna, necesariamente, en diálogo y la obra resultante sería algo así como el relato de lo que el autor ha formalizado del intercambio de manifestaciones recíprocas, radicalmente opuestas al tan traído concepto de reificación de las teorías y prácticas marxista y de mercado. La especulacion del artista manifiesta el voraz apetito por generar otro ser y por la reabsorción de ese ser en el camino humano, a la manera de una parada para repostar. Como dice Paul Valery, los artistas supremos " parececen haber poseído no se qué sabiduría íntima de continuo intercambio entre lo arbitrario y lo necesario.
Cuando el diálogo fracasa, la obra obtenida resplandece en su mediocridad, por otra parte, tan demandada y, condición básica para que esto ocurra, es la sumisa dependencia a las presiones moldeadoras de los las modas y gustos por instituciones sociales, económicas e ideológicas, con sus premios y castigos económicos y sociales incorporados. Otra cosa es que el concepto de libertad que tiene artista esté condicionado por el dinamismo de las situaciones históricas que influyen en la forma de aproximarnos a la realidad y genera el entorno cultural, sociológico, ético y moral en el que se ha formado y conformado, pues sabemos que cada época trae consigo una posición determidada sobre la interpretación del hombre pero,en la práctica, la sola soledad, la imaginación el pensamiento y el conocimiento, son los pilares de un yo exiliado, fuerte, jamás intercambiable, que debería desaparecer, por esa fortaleza, hasta quedar subsumido en la obra. Un buen ejemplo sería Montagne.
Allí,en la soledad, el objeto, real o imaginado, plegado sobre sí mismo, está preñado de escondidos esplendores y prometedora presencia, afirmando su otredad y esperando ser solicitado, en definitiva ,se "pro-pone". Pero tenemos que aprender a acercarnos a las cosas para que estas se nos manifiesten cada vez más. Este tránsito formal de acercarnos al objeto, es lo que se llama "metodo".
El tipo y categoria de las preguntas van más allá de los interrogantes genéricos e inevitables. Es necesario un modo concreto de fórmular esas preguntas que son función del conocimiento del demandante, pero raramente se escapan de, al menos, a bordear, consciente o inconscientemente, los limites metafísicos y religiosos , en estos momentos tan olvidados e incluso denostados, pero inevitablemente latentes y necesarios . Es aquí donde ,una vez más, donde el conocimiento del autor tiene un papel decisivo al preguntar preguntándose, ya que, de acuerdo a las repuestas obtenidas tendrá la medida y limites de las características de realidad y verdad del objeto en cuestión. Debemos, por lo tanto, llegar hasta forzar respuestas que, sin determinadas preguntas, no se hubieran obtenido lo cual es fuente de nuevos interrogantes.
Nos encontramos por lo tanto con dos clases de interrogaciones: aquellas que buscan la realidad y aquellas que buscan su verdad, permanentes en filosofía: sustancia y causa. Debemos encarar "la cosa que es y aquello que la cosa "es".El "es" es la estructura formal y objetiva del ser" (Zubiri). El autor, en su reflexión ,una vez más, oscila entre las tradicionales parejas filosóficas idealismo - realismo, espiritualimo - materialismo, racionalismo - empirismo con sus imprecisos límites y zonas de confluencia e inclusión con sus correspondientes zonas de perversión: positivismo, pragmatismo e historicismo.
Cuando la inteligencia llega a un acuerdo con la índole de las cosas se suele decir que eso es verdad y por esos caminos deberíamos desgastar nuestras suelas para inteligir, tratando de, si no alcanzarla ,desearla,con el entusiasmo y convicción adecuados para persistir sin éxito.
Esta forma de encarar el objeto elimina la separación entre arte figurativo y arte abstracto. El pensamiento,en nuestro propio mundo es donde adquiere sentido y estructura, matizando la verdad con la inevitable insuficiencia en la valoración de sus componentes.
Si el objeto es algo abstracto y solo imaginado no se evade de lo que es y aquello que esa abstracción "es". El método debe ser el mismo. Pues, ¡a ello!
De todo lo anterior tenemos una primera aproximación a lo que es el tema elegido por el artista: Una primera toma de conciencia, “se da cuenta” de un algo que está presente, si bien no de forma idéntica sino que adopta modos diferentes; unas vece físico ,otras intuitivo, otras imaginado ,y frecuentemente, una indeterminada mezcolanza de ellos.
Que una verdad no pueda demostrarse que es cierta a través de la razón no quiere decir que sea falsa, que sería lo que habría que demostrar según lo ha desarrollado Popper con su teoría de la falsabilidad, ya que, tampoco puede demostrarse la permanencia de las verdades de la razón. Caer en el relativismo o en el nihilismo es la solución de aquellos que elemental y perezosamente renuncian a aceptar que la búsqueda de la verdad debe ser, y es, una de nuestras ansias vitales.
Las definiciones nominales son consideraciones puramente formales en este momento.
El arte no es un ámbito propicio a las definiciones, pues siempre que se elige arbitrariamente una definición, fija lo ya definido, instituyendo en criterio algo que no suele estar relacionado íntimamente con la obra misma. Eventualmente, se consigue cierta sistematización pero no suele tener mucho que ver con lo que el arte es. Podría ser un intento de indicar la diferencia existente entre entendimiento y razón, liberándola de todo matiz oscurantista, si bien, su eficacia seria a todas luces insuficiente y en algunos casos incluso perjudicial, dado que frecuentemente su desarrollo lógico a menudo conduce a coherentes figuras retóricas inertes.
En el caso del trabajo artístico, deberíamos prestar atención a lo que denominaríamos la "posesión" del objeto, tarea esta que considera lo que se piensa por encima de como se piensa, tambien importante pero subordinado a categorizar lo que es fundamental o no en el centro de nuestra preocupación, transcendiéndolo por haber entrado en el campo de la búsqueda de la verdad. Como dice Goethe en su máxima 106 : " lo que no se comprende, no se posee".Imaginación, intuición, percepción, reflexión, experiencia, posibilitan la organización articulada de lo que supone la aparición de un nuevo impulso que, fuera de toda lógica, genera una obra de arte, en un ámbito humano de gratuidad práctica absoluta que podría proceder de la segura convicción de que todos los datos sensoriales ,analíticos, racionales, empíricos y sus relaciones, no son todo lo que hay. Este convencimiento en algo "otro" y que nos dignifica más por su ausencia que por su presencia, nos hace continuar con las preguntas que auguran respuestas en forma de acciones de las que quizás la música sea el mejor ejemplo de eso que hay más allá de lo que hay y que también las otras artes se esfuerzan el llenar esa grieta de ausencias.
Poseer algo es diferente a tenerlo. Tener algo supone que somos sus dueños, y por lo tanto podemos usarlo arbitrariamente de acuerdo a nuestros deseos y conveniencias, sin embargo, al poseerlo, se ha hecho parte de nosotros a la manera de un órgano de nuestro cuerpo, por lo que debemos contar con él si queremos incluirlo en nuestras actividades conjuntas. Lo poseemos, pero en cierta medida él tambien nos posee desde el momento en que nos condiciona .No somos sus amos, nos impone condiciones y nuestro trato se convierte en una forma de juego dialógico en el que unas veces nos muestra alguna de sus cara y otras, sin embargo, nos las esconde. Lo que aparecía nítido se oscurece, lo sensible se espiritualiza, su realidad ,no su apariencia, casi siempre la misma, muta constantemente y prueba de ello es la diferente visión que de él tenemos a lo largo del mismo día de acuerdo a nuestras distintas percepciones. Hay situaciones en las que el objeto, diríamos que nos dirige y, si logramos entender su lenguaje, raramente nos defrauda, pero solo ocasionalmente estamos a su altura. Análogamente si algo nos preocupa suficientemente, prácticamente nuestra actividad reflexiva gira en su torno, nos ha seducido, que es otra forma de posesión
Asimismo, el conocimiento de la apariencia y estructura interna del objeto en cuestión difiere de su posesión. Mientras que aquellos son objeto de la observación y análisis a la manera del procedimiento científico de clasificación, relacion y funcionamiento de sus partes constitutivas, la posesión impone la interrelación entre dos " sujetos". Conocerlo primero es el primer acto de un elaborado deseo de cortesía, obligatorio para quien pretende establecer una relación mas estrecha y profunda y cuya primera exigencia es la limpieza de la mirada, libre de la calígine aportada por la rutina diaria.
La ciencia ,fundamentalmente la más desarrollada,la Física, busca la unidad primera y generadora, limitándose, salvo en la incipiente teoría de cuerdas, a considerar la medida (su principal logro) como función de tres variables: masa,espacio,tiempo, indefinidas pero ,de momento, evidentes. Ahora, sus cálculos teóricos y experimentos que los confirman, han llegado a un punto en el que el principio de contradicción, una de las bases lógicas de las matemáticas, es decir , de su lenguaje, se presenta constitutivo de la realidad.
En el arte, la interrogación al objeto, característica del procedimiento científico, se torna, necesariamente, en diálogo y la obra resultante sería algo así como el relato de lo que el autor ha formalizado del intercambio de manifestaciones recíprocas, radicalmente opuestas al tan traído concepto de reificación de las teorías y prácticas marxista y de mercado. La especulacion del artista manifiesta el voraz apetito por generar otro ser y por la reabsorción de ese ser en el camino humano, a la manera de una parada para repostar. Como dice Paul Valery, los artistas supremos " parececen haber poseído no se qué sabiduría íntima de continuo intercambio entre lo arbitrario y lo necesario.
Cuando el diálogo fracasa, la obra obtenida resplandece en su mediocridad, por otra parte, tan demandada y, condición básica para que esto ocurra, es la sumisa dependencia a las presiones moldeadoras de los las modas y gustos por instituciones sociales, económicas e ideológicas, con sus premios y castigos económicos y sociales incorporados. Otra cosa es que el concepto de libertad que tiene artista esté condicionado por el dinamismo de las situaciones históricas que influyen en la forma de aproximarnos a la realidad y genera el entorno cultural, sociológico, ético y moral en el que se ha formado y conformado, pues sabemos que cada época trae consigo una posición determidada sobre la interpretación del hombre pero,en la práctica, la sola soledad, la imaginación el pensamiento y el conocimiento, son los pilares de un yo exiliado, fuerte, jamás intercambiable, que debería desaparecer, por esa fortaleza, hasta quedar subsumido en la obra. Un buen ejemplo sería Montagne.
Allí,en la soledad, el objeto, real o imaginado, plegado sobre sí mismo, está preñado de escondidos esplendores y prometedora presencia, afirmando su otredad y esperando ser solicitado, en definitiva ,se "pro-pone". Pero tenemos que aprender a acercarnos a las cosas para que estas se nos manifiesten cada vez más. Este tránsito formal de acercarnos al objeto, es lo que se llama "metodo".
El tipo y categoria de las preguntas van más allá de los interrogantes genéricos e inevitables. Es necesario un modo concreto de fórmular esas preguntas que son función del conocimiento del demandante, pero raramente se escapan de, al menos, a bordear, consciente o inconscientemente, los limites metafísicos y religiosos , en estos momentos tan olvidados e incluso denostados, pero inevitablemente latentes y necesarios . Es aquí donde ,una vez más, donde el conocimiento del autor tiene un papel decisivo al preguntar preguntándose, ya que, de acuerdo a las repuestas obtenidas tendrá la medida y limites de las características de realidad y verdad del objeto en cuestión. Debemos, por lo tanto, llegar hasta forzar respuestas que, sin determinadas preguntas, no se hubieran obtenido lo cual es fuente de nuevos interrogantes.
Nos encontramos por lo tanto con dos clases de interrogaciones: aquellas que buscan la realidad y aquellas que buscan su verdad, permanentes en filosofía: sustancia y causa. Debemos encarar "la cosa que es y aquello que la cosa "es".El "es" es la estructura formal y objetiva del ser" (Zubiri). El autor, en su reflexión ,una vez más, oscila entre las tradicionales parejas filosóficas idealismo - realismo, espiritualimo - materialismo, racionalismo - empirismo con sus imprecisos límites y zonas de confluencia e inclusión con sus correspondientes zonas de perversión: positivismo, pragmatismo e historicismo.
Cuando la inteligencia llega a un acuerdo con la índole de las cosas se suele decir que eso es verdad y por esos caminos deberíamos desgastar nuestras suelas para inteligir, tratando de, si no alcanzarla ,desearla,con el entusiasmo y convicción adecuados para persistir sin éxito.
Esta forma de encarar el objeto elimina la separación entre arte figurativo y arte abstracto. El pensamiento,en nuestro propio mundo es donde adquiere sentido y estructura, matizando la verdad con la inevitable insuficiencia en la valoración de sus componentes.
Si el objeto es algo abstracto y solo imaginado no se evade de lo que es y aquello que esa abstracción "es". El método debe ser el mismo. Pues, ¡a ello!
De todo lo anterior tenemos una primera aproximación a lo que es el tema elegido por el artista: Una primera toma de conciencia, “se da cuenta” de un algo que está presente, si bien no de forma idéntica sino que adopta modos diferentes; unas vece físico ,otras intuitivo, otras imaginado ,y frecuentemente, una indeterminada mezcolanza de ellos.
Ese algo actúa sobre nuestra inteligencia y, recíprocamente
esta sobre aquel dialécticamente a fin de obtener lo que hemos llamado “posesión
del objeto”
En definitiva el tema elegido por el artista
es “el objeto poseído”
Este punto de partida radical le llevará a
arriesgarse con su trabajo, esto es, a su formalización como obra artística y a
llevar a cuestas ignorancias, temores y dudas.